La herencia que los ayuntamientos han recibido de manos del anterior gobierno socialista, es el resultado del descontrolado despilfarro. Costosos vehículos, creación de puestos innecesarios, así como un desmesurado gasto y apropiaciones indebidas que han llevado a los ayuntamientos al punto de la quiebra. Eso es un hecho evidente que muchos se niegan a aceptar. Nos encontramos en una situación no sólo a nivel local si no a nivel nacional de absoluta quiebra. La herencia que los nuevos alcaldes han recibido de manos de sus homólogos socialistas es un hueso difícil de roer y que en estos momentos les obliga a tomar decisiones salomónicas. Como es el caso de mi pueblo Galapagar, donde el despilfarro del anterior consistorio socialista, dejó las arcas con un alto déficit, (más de 22.000.000 de euros). El nuevo consistorio gobernado por el PP, tiene que adoptar una serie de medidas, no sólo para poder reducir ese déficit, si no que para poder mantener los servicios públicos, por otra parte necesarios para el buen funcionamiento del pueblo, se han tenido que despedir a ocho personas. Lamentable tener que dejar en el paro a más seres humanos que vienen a engrosar la cifra de los cinco millones de parados. Y ahora todo el mundo a protestar. Entonces se plantea la decisión salomónica: O el ayuntamiento reduce los servicios públicos, aumenta los impuestos a los ciudadanos (que de eso ya estamos hartos), o se reducen gastos en los consistorios. Y eso pasa por reajustar las plantillas. Pero aquí cada uno se rasca donde le pica. ¿Que en miles de empresas se han tenido que efectuar por culpa de la crisis muchos despidos? pues no pasa nada. Y los sindicatos callados porque ya se cuido muy mucho el gobierno de pagar su silencio. ¿Que en Andalucía se nos toma el pelo de forma desmesurada con unos E.R.E´s falsos? pues no pasa nada. ¿Que ahora se tienen que subastar y malvender unos vehículos que costaron un dineral? no pasa nada y lo que es más a nadie se le piden explicaciones ni responsabilidades penales que las hay y muchas. Pero en el momento en que se despiden a ocho personas, con la finalidad de reajustar una de las miles de cosas que hicieron mal, entonces todo el mundo a protestar. Cuando el verdadero problema es el déficit creado por una mala gestión y eso aunque duela a unos pocos, creo que es necesario verlo, entenderlo y comprenderlo y desde la solidaridad decir que son lamentables esos despidos, pero los cinco millones de parados también necesitan solidaridad, sobre todo, que puedan recuperar su perdido puesto de trabajo, aunque se tengan que tomar decisiones salomónicas que desgraciadamente seguirán habiendo y muchas para poder salir del lío en que la mala gestión socialista nos ha metido. La primera ley universal de los derechos de la democracia dice: “El beneficio de la mayoría supera al de la minoría o al de unos pocos”. Y creo que durante el gobierno socialista esta premisa se ha olvidado. Donde sólo unos pocos se han enriquecido a costa de empobrecernos a la gran mayoría.
(C) Joan Tudela 2011
P.D. El video de abajo se lo dedico a los Señores Socialistas que de forma demagogica nos vendieron la idea de que su razón de ser era la defensa del proletariado. Gracias a ellos, más del 68 % de los Españoles no llegamos a fin de mes.
Imaginemos que soy un hacker y me quiero hacer con toda la información existente en los ordenadores de mis vecinos.
Cojo mi red wifi y la dejo sin encriptar y sin contraseña, para que todo aquel que esté al alcance de la misma pueda entrar.
A partir de ese momento y con unos programillas basados en Linux, me convierto en el servidor u ordenador principal de todos aquellos “listillos” que ven una red de acceso libre y sobre todo la posibilidad de tener Internet gratis. Todo el que se enganche a esta red, se ha convertido en un ordenador periférico dentro de una red local, con lo que puedo tener libre acceso a sus contraseñas, fotografías, documentos e información confidencial.
Es el caballo de Troya por excelencia, porque ningún antivirus detectará la intrusión.
Por lo que por regla general se plantea la siguiente pregunta:
¿Es fiable una red wifi sin contraseña? La respuesta es “NO”. Salvo que lo que tengamos en nuestro ordenador no sea de gran importancia.
De la misma forma ocurre con los teléfonos móviles. Circula además una aplicación para muchos teléfonos 3G, que te da la clave de acceso de todas las wifis que estén al alcance. Salvo que el usuario no haya cambiado la contraseña y esta sea la misma que trae el moden de fábrica (Clave wep original). No sólo se puede acceder a esa red Wifi, si no que automáticamente los datos almacenados en ese móvil, contraseñas, aplicaciones, accesos privados etc… Están al alcance del titular de la wifi a la que se ha conectado.
¿Cómo evitar esto? La solución es muy fácil. No conectándote a ninguna red que no sea de confianza y si lo hacemos, tengamos siempre presente que los datos que tenemos almacenados en nuestro ordenador o en el móvil, no son de gran importancia.
La red puede ser muy provechosa y segura si se sabe utilizar de forma adecuada, el resto depende del sentido común de cada uno.
Una vez mi madre me preguntó: ¿A quién voto. Al Felipe o a ese señor bajito del bigote? Entonces le dije: ─ Creo que ese señor todo lo que tiene de bajito lo tiene de grande.
También he decir que en aquella época, los socialistas ya me habían roto el corazón, y las estaba pasando muy canutas.
Así que mi madre y yo nos decantamos por votar a aquel señor bajito, y bien demostrado quedó que acertamos.
Por aquella época, yo comenzaba a dar mis primeros pasos como empresario e iniciaba una nueva etapa, dándome tortazos por todos los lados.
Casualidad o no, con aquel señor bajito del bigote, mi pequeño negocio comenzó a florecer y a dar frutos, que si bien no me hizo rico, me permitía vivir holgadamente y dar trabajo a unas cinco personas. Era unos de los miles de pymes, que unidos dábamos trabajo a millones de personas.
Me sentía orgulloso de tener mi apartamento en la playa, mi despacho propio, y un velero que era mi ilusión de los fines de semana. Así que todo iba viento en popa.
Un día, por culpa de unas mentiras, por culpa de aprovechar un desagradable evento, ese señor bajito se marchó y llegó un ario en apariencia, con cara de chiste. Y a partir de ese momento, mi negocio comenzó a decaer. Me las veía muy duras para poder hacer frente a los pagos del IVA, IRPF, SEGURIDAD SOCIAL… y poco a poco todo se desvaneció. Desapareció el velero, el apartamento en la playa, mi despacho y los cinco empleados se fueron al paro. Todo se fue volviendo de un tono gris y áspero, y todo por lo que había luchado se esfumó. Las esperanzas, los sueños, las ilusiones.
Y entonces me quedé mirando al cielo y me acordé de la canción de Manolo Escobar “Dónde estará mi carro”. Porque a estas alturas y con todo lo que está saliendo de robos, fraudes, desfalcos y estafas, incluida esa manía de pasar por las gasolineras, me siento como si me hubieran robado el carro, la ilusión y la dignidad. No así mi fuerza y mis ganas de salir adelante. Nuevos proyectos, nuevas ilusiones.
Pero al ver como la situación económica de España empeora día a día, ver como siguen saliendo agujeros en la mayoría de las arcas municipales, ver esos lujosos vehículos que ahora los nuevos gobiernos autonómicos han de sacar a subasta para poder tapar los déficit que han dejado, ver como muchos inmigrantes que llegaron a España en busca de un futuro mejor se están marchando, ver el lujo y el despilfarro con el que viven los señores socialistas y sus adinerados bufones, mientras mucha gente rebusca en los cubos de basura, me llena de desesperanza, me aparta de las ilusiones de volver a salir adelante, y aun así sigo luchando y desde mi pequeña atalaya de pobre, de arruinado, una dulce llama de esperanza se enciende.
Si mi madre viviera, seguro que me preguntaría: ¿A quién voto. Al calvo avinagrado o al de las gafas de ojos saltones? Y yo le respondería: ─ El señor bajito de bigote ha dicho que él va a votar al de las gafas de ojos saltones. Y créeme que habrá que hacerle caso. Porque a mi me gustaría que me devolviesen el carro.
Parece ser, y cada vez estoy más convencido de ello, que la humanidad se dirige irremediablemente hacia un cambio, un nuevo amanecer.
A raíz de los acontecimientos que día a día se van precipitando, puedo acreditar que aquellos sueños de los años setenta en que me imaginaba un mundo feliz y diferente en el siglo XXI, han quedado en eso, un simple sueño. Y que la realidad a la que nos enfrentamos es mucho más dura y más cruel.
Mientras unos pocos se dan la gran vida y se dedican al lujo, el despilfarro y a llevar una vida glamourosa. Unos muchos, la gran mayoría, esa gran mayoría en la que en los cánones por los que se rige una verdadera democracia debiera de prevalecer “El beneficio de la mayoría supera al de la minoría”, padece hambre, no llega a fin de mes; y lo que es más esencial, se están viendo desprovistos de sus casas, su trabajo y su dignidad, está siendo aplastada por la cruel avaricia de unos pocos que quieren ganar mucho.
Si tal vez alguien pensó una vez que la solución a una convivencia pacifica y feliz estaba en el comunismo o el socialismo, creo que ante la evidencia ha quedado claramente demostrado que la realidad es mucho más distinta. Los países socialistas y comunistas siguen matando de hambre a su pueblo, donde los derechos humanos son pisoteados continuamente, y aquí en España tenemos la prueba evidente de que el socialismo que hemos vivido nos ha llevado a la degeneración, no sólo económica sino también moral.
Creo que en pleno siglo XXI, las ideologías de derechas e izquierdas debieran de quedar erradicadas y en un alarde de inteligencia, salir del caparazón de la sin razón en la que andamos metidos y aplicar las normas más fundamentales de la convivencia democrática alejándonos así de la oligarquía económica en la que los poderes de la avaricia nos han abocado.
Es hora ya de que todos salgamos de dentro del caparazón de la tortuga en la que nos han sumergido los poderes económicos, fabricado con la avaricia del ser humano, y así, desprovistos de tan indigna coraza del quelonio, caminemos juntos hacia un mundo nuevo y feliz.