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martes, 13 de noviembre de 2012

El Santo Rosario On line


Soy un pecador, de eso no me cabe la menor duda. Creo que se debería crear una sociedad de Pecadores Anónimos y yo sería de los primeros en apuntarme. Que tengo dudas de fe, eso también es cierto. Que siempre me acuerdo de Santa Bárbara cuando truena, también es una realidad. No obstante, nunca he dejado de buscar a Dios en mi interior y en cualquier lugar donde su palabra pudiera indicarme y hacerme aumentar la fe.
Que no me gusta el cariz que está tomando esto, y que cada día levanto mi lengua venenosa en poner a bajar del burro al gobierno a ver si se espabila y se pone las pilas y piensa más en el pueblo que en sus amos los bancos y las multinacionales, creo que eso es un hecho probado.

No obstante, dentro de mi azarosa vida siempre encuentro un momento de paz para mi recogimiento, para estimular mi glándula pineal, donde estoy convencido que el Creador allí albergó mi alma, y dedicar unos momentos a la meditación, a pedir perdón por mis pecados y a rezar a mi Virgencita, que, tal vez como buen valenciano debiera de ser la Virgen de los Desamparados. Pero que más da, para mí, madre de Dios sólo hay una y a ella intento regresar cada vez que puedo.

Y ahora os preguntaréis ¿Y este tío por qué me cuenta esta historia? Creo que si aún estas leyendo esto, es porque igual te interesa lo que voy a contarte.

Un buen día, no hace mucho (creo que sobre el mes de mayo del 2012) me acosté pensando en hacer nuevos programas para lanzar por la red: ideas de páginas Web, redes sociales, juegos, links de películas… En fin, todo aquello que una rata de la programación como yo, intenta sacar para conseguir  la aplicación del millón de usuarios y sacar unas pelas más para aportar a la economía doméstica y salir de la crisis. Pero sin darme cuenta me sumergí en un sueño. En él, me veía con una foto de la Virgen María en mi mano, una foto que no me indicaba qué Virgen podía ser, simplemente la foto llena de ternura me inspiraba a la oración, y en ese mismo sueño una voz que me decía: ¿Por qué no haces un Rosario para todo aquel que no lo sepa rezar, que le sea fácil hacerlo, le sirva de guía y pueda adentrarse en el beneficio de su oración? Cuando desperté, poco o nada recordaba de este sueño, pero algo quedó grabado en mí, la foto que había visto en mi sueño. Como pasé del tema, durante los días siguientes se volvió a repetir el mismo sueño, por lo que a la tercera vez me levanté, me senté delante del ordenador, y algoritmo tras algoritmo el Rosario online tomó forma. Algo faltaba, una foto de la Virgen, y comencé a buscar por Internet. Cual fue mi sorpresa, cuando delante de mí Google me ofrecía la misma foto que había visto en mi sueño. Y allí la deposité, coronando el inicio de mi Santo Rosario.
No sé si es un milagro, una inspiración divina, o simplemente que en el interior de mi glándula pineal algo me decía que debía hacerlo. Lo cierto es que día a día lo rezo, que hay gente que entra a rezarlo y eso me hace sentir bien. Creo que en estos momentos de crisis, tanto de fe como económica, en el rezo del Santo Rosario y en la meditación sobre el mismo del Beato de Álamo, encuentro la paz que necesito y la fuerza para seguir luchando ante la adversidad.
Y si con ello alguien encuentra lo mismo, pues sea bienvenido el sueño que tuve y las 15 horas que me llevó el hacerlo realidad. No sé si algún católico lo puede ver de forma frívola, pero si  eso me hace sentirme cerca de mi Virgencita, no puede ser nada malo.

Aquí te dejo el link por si te apetece.

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