La venganza es mía dice el “Señor”, pero cuando alguien pierde todo lo que tenía, su familia, sus hijos, la paz, creo que el mismo Dios, le traspasa ese derecho de venganza.
Nunca he sido partidario de la venganza, hasta que vi esta película. Y nunca entendí la venganza hasta que sentí la desesperación de Ruht, la madre de los niños a los que su padre puso fin a su vida. Ni la de muchos otros padres que impotentemente han visto como sus hijos han sido victimas de asesinos sin escrupulos. Entendería que esta mujer, que se ha visto desprovista de todo lo necesario para seguir viviendo una vida normal, ahora dedicase esta a terminar con la de José Bretón y de la forma más cruel y sanguinaria posible, y que por supuesto nadie se lo recriminase, ni tan siquiera Baltasar Garzón al que tanto le gusta salir en la foto sea de donde sea.
Si, he de reconocer que la venganza no trae nada bueno, pero en ocasiones es la única salida que te dejan, como en este caso. Cuando la impotencia ante estas atrocidades te ciega el único camino es la venganza.
Ha esta mujer no le han dejado nada por luchar, salvo el delicioso sabor de la venganza y no la que la justicia puede impartir que todos sabemos cual va a ser. Unos veinte años de cárcel, que se asemejan a la estancia en una suite de un hotel, en el que es posible tenga hasta ordenador personal, aislado y protegido del resto de los presos comunes y mantenido durante ese año por nuestros abusivos impuestos.
Si, la venganza no es buena, muchas veces lo he dicho, pero en este caso, se hace necesaria otro tipo de justicia y si la seguridad que el estado español va a otorgar a este desalmado padre, le impide a la principal victima llegar hasta él, estoy convencido de que alguien tarde o temprano podrá llegar y aplicar la justicia necesaria a este injusto crimen. Luego Dios que aplique el castigo divino que crea conveniente, pero ahora se hace justa la venganza, venga del brazo ejecutor que venga y no creo que nadie en su sano juicio, sea capaz de juzgar y castigar al vengador. (Incluido Baltasar Garzón, al que tanto le gusta salir en la foto).
Del mismo modo, se hace patente “avisar”, que los gobiernos y toda la clase política sin excepción, están llevando al pueblo, a los ciudadanos al mismo estado. “Ya somos muchos” a los que no nos queda nada que perder y créanme si les digo que esto no es bueno. Cuando ya no puedes poner un plato decente en la mesa, cuando has visto como te han ido quitando todo por lo que has estado luchando durante muchos años, cuando ves que los asesinos y delincuentes tienen más privilegios que la gente honrada que sólo pretende tener la fiesta en paz, y ya no puedes confiar en la justicia, ni en tus gobernantes, no te están dejando otra salida que la del “Ciudadano ejemplar” Y esto no es bueno: Que no se sientan tan seguros los que manejan los hilos que siempre hay un roto para un descosido y a cada cerdo le llega su San Martín. Porque muchos ya hemos llegado al punto que preferimos morir como un león a vivir como un cordero. Así que recapaciten. Créanme no es tan difícil aplicar la justicia y al que ha hierro mata a hierro ha de morir y al que al pueblo esclaviza, esclavo ha de quedar. Luego Dios que aplique su justicia divina. Aun están a tiempo de crear un estado de derecho y del bien estar y no la dictadura de la oligarquía económica, disfrazada de falsa democracia. No es bueno dejar a Dios toda la tarea de la venganza. Y ya estamos hartos de tanta gilipollez.
(C) Joan Tudela 2012
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