Cuando El Creador mezcló distintos tipos de ADN y le dio su sopló de vida, necesitaba un lugar resguardado en el interior de nuestro cuerpo para albergar la conciencia y la energía del espíritu.
Cuando dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos animales se mueven sobre ella”. “Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, y los creó macho y hembra.” Génesis 1,26-27. Está claro que en alguna parte del cuerpo tuvo que almacenar toda la fuerza y el poder de su sabiduría, por lo que creó la glándula Pineal, con el fin de que el ser humano albergara en ella sus experiencias y la forma de conectar su espíritu con su Creador. Aumentando su poder de percepción, así como su semejanza y fusión con el Creador.
Mucha gente opina que ciencia y religión no pueden ir cogidos de la mano, y este es el primero de los errores, por la sencilla razón de que Dios es mucho más que un ser místico. Es pura ciencia, pura física, y alberga toda la sabiduría del cosmos capaz de crear vida. Prueba de ello es que la vida no es el producto de un juego de magia, sino que es una reacción química que se produce en el cuerpo, donde la fusión de diversas células crean un nuevo ser, y esto se produce por medio de otra reacción química que se llama amor. Cuando el Creador insufló su propia naturaleza en el ser humano, depositó todo su saber y poder en la glándula Pineal. Pero el ser humano, mal aconsejado por medio de la ira y sensaciones negativas, dejó de utilizar esta glándula. ¿Y qué ocurre cuando algo no se utiliza? Pues lo mismo que ocurre con los dedos de los pies, se atrofia. Y este fue el pecado original. El ser humano se dejó llevar por sentimientos erróneos, negativos: ira, avaricia, poder, liderazgo… y su glándula Pineal se atrofió acortando, no sólo su longevidad, sino la parte más importante: la felicidad y su propia prosperidad. Tal vez si entendiéramos el verdadero mensaje, pudiéramos regresar al Jardín del Edén.
¿Qué es y cómo funciona la glándula Pineal?
Para conducir un vehículo no necesitamos saber como está construido y por qué funciona, simplemente necesitamos saber cómo manejarlo. De la misma forma, para utilizar la glándula Pineal tampoco necesitamos saber qué es y cómo funciona, ni tan siquiera dónde está ubicada. No obstante, creo que bastará con unos pequeños conocimientos básicos sobre ella para entender mejor su funcionamiento.
Si trazamos una línea recta desde el centro de la coronilla de nuestro cráneo hacia la base del mismo, y trazamos otra línea recta desde la parte central del entrecejo (un par de centímetros hacia arriba justo en la base de la frente), en el punto donde se cruzan las dos líneas se ubica la glándula Pineal. Se denomina así porque tiene forma de piña, y tras su largo periodo de atrofia, no mide más que el tamaño de una almendra. Existe una teoría, en la cual se nos dice que los primeros pobladores de la tierra, los más ascentrales, tenían la cabeza en forma de cono, ya que era necesario este alargamiento para albergar la forma desarrollada de esta glándula. Esto se debía a la forma alargada y apiñada. Se han encontrado cráneos muy antiguos que adquieren esta forma. El mismo Buda se representa con su cráneo en forma de piña y un punto en la frente a la altura del entrecejo.
¿Qué función tiene?
Como hemos dicho al principio, la glándula Pineal es el lugar donde se almacena nuestra energía inmortal. Pero como una vez más queda demostrado que la ciencia y la mística siempre van unidas, diremos que es una glándula de secreción interna que forma parte del techo del diencéfalo. Se origina embriológicamente de una evaginación entre el tálamo y el pretecho. Es una pequeña formación ovoidea, aplanada, que descansa sobre la lámina cuadrigémina, en el tercer ventrículo cerebral. Es la glándula que segrega la hormona melatonina, que es producida a partir de la serotonina. La epífisis, sensible a la luz, está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño. Mide unos 5 mm de diámetro.
Sus células se llaman pinealocitos y se subdividen en fotorreceptores y secretadores. Los fotorreceptores se encuentran en peces, anfibios y reptiles (particularmente desarrolladas en el ojo pineal de las tuátaras). En las aves se encuentran menos desarrollados y se habla de fotorreceptores modificados. En mamíferos no existen los fotorreceptores, si bien la glándula está estrechamente relacionada con la función fotosensorial.
Se une, vía ganglio cervical superior y núcleo supraquiasmático hipotalámico a la retina. Así pues, se puede considerar que la Pineal es parte de las vías visuales, y así, convierte la información lumínica en secreción hormonal. Y curiosamente, esta glándula controla el inicio de la pubertad, perdiéndose su secreción con el paso de la edad.
No obstante, a todo este enmarañado científico debemos de añadir lo siguiente:
Durante miles de años, los místicos orientales han atribuido un tercer ojo al hombre, llamado el ojo de la sabiduría. Un manuscrito sánscrito que data de 1526, dice que era el otorgador del conocimiento divino, tan brillante como la luz de todos los soles brillando al mismo tiempo.
Según Herófilo, anatomista griego del siglo IV antes de JC, la glándula Pineal era la válvula que regula el fluir del pensamiento. Unos dos mil años más tarde, el filósofo Francés René Descartes la consideró sede del alma racional. El misterio quedó resuelto en 1958, cuando el estadounidense Aaron Lerner descubrió una hormona producida por la glándula Pineal. La hormona fue llamada melatonina, y controla la secreción de la melanina que colorea la piel y el cabello.
La melatonina procede de otra sustancia, la serotonina, que los investigadores han descubierto en grandes cantidades en la glándula Pineal. De hecho, la glándula parece ser el depósito de serotonina para la totalidad del cerebro.
Pronto se descubrió que la serotonina no era un elemento escaso en la naturaleza. Se detectó en las glándulas salivales del pulpo, se vio en los plátanos o las ciruelas. Igualmente rica en ella es la higuera, a cuya sombra se sentaba Buda para ser iluminado.
En 1954 se realizó un sorprendente descubrimiento. Al parecer, en esta sustancia se encuentra la clave del pensamiento racional, en cuyo caso, la higuera de buda pudo ser el árbol de la sabiduría en el más literal de los sentidos. (Ver aquí la semejanza con el árbol de la fruta, de la ciencia del bien y del mal del génesis)
Cuando hay serotonina en el cerebro el hombre piensa correctamente, pero cuando no la hay, produce extrañas alucinaciones semejantes a los síntomas de la esquizofrenia. Esto hace pensar en una cura para la locura, pero desgraciadamente han fallado los intentos.
Al aparecer, la serotonina es muy sensible a la droga LSD (ácido lisérgico), pudiendo producir alucinaciones que parecerían improbables en dosis tan pequeñas. Siguiendo el curso de las moléculas de LSD mediante el uso de radioactividad, se pudo apreciar que se dirigían directamente a ciertas zonas del cerebro y bloqueaban la serotonina. Ello prueba que la serotonina hace posible las funciones intelectivas del ser humano.
En 1898, el médico alemán Otto Heubner dio a conocer el caso de un muchacho enfermo de la glándula Pineal, cuyos órganos sexuales se habían desarrollado precozmente. También se realizaron experimentos con ratas, y se observó que cuanto mayores eran sus glándulas pineales, menores sus órganos sexuales.
Es un hecho curioso que la glándula Pineal, sepultada en el interior del cerebro, resulte afectada por la luz más débil que hasta ella se filtre, en cuyo caso, los procesos corporales podrían ser activados por la luz del Sol y la Luna.
No obstante, y después de conocer la fisiología de esta glándula (y he aquí la parte más interesante), cabe decir que en las logias masónicas, en los altos grados cercanos al 33, así como en diversas sectas de culto esotérico, sólo aquellos que alcanzan los grados más elevados, son conocedores de los diferentes secretos y ejercicios para estimular el enorme poder que se encierra en el interior de la glándula Pineal. Por lo que esto nos da más razón para pensar que es la parte en la que el ser humano se funde con su Creador.
A pesar de ello, la tergiversación de las religiones y el engaño de las mismas, nos han conducido al gran error del atrofiamiento de esta glándula.
Cuando el Creador la introdujo en nuestro organismo, lo hizo con el propósito de que el propio Ser pudiera alcanzar la felicidad y fundirse con El a través del conocimiento y la perfección. Pero erróneamente pensó, o alguien (llamémosle el Portador del Mal) le tentó, indicándole un camino diferente para alcanzar la Deidad y no la perfecta comunión con el Creador, que son dos cuestiones muy distintas. Por lo que el Portador del Mal, era perfecto conocedor de que si atrofiaba esta glándula, podría convertir al ser humano en esclavo de sus propias debilidades y someterlo. Dando paso a lo que se ha dado en llamar el Pecado Original. Lo de Eva y la manzana es una más de las tergiversaciones de las escrituras, en las que se le echa la culpa a la mujer de todo, con el fin de que ésta quede doblemente sometida. Creo que no se necesitan más pruebas para entender que el Portador del Mal, no sólo quiso someter al hombre, sino eliminar la astucia de la mujer convirtiéndola en la culpable de todo.
La perniciosa influencia del líder
Cuando escribí el ensayo sobre la Magia Ritual (ver iniciación a la Magia Ritual), omití muchos de los aspectos científicos, e inicialmente enfoqué la obra en un tono místico, para que poco a poco, el iniciado se diera cuenta de que estaba ante un hecho científico, pero que lo fuera descubriendo por sí mismo. En toda la obra hice mucho hincapié en la no necesidad de los maestros, lideres, gurús, guías y maestros ascendidos; pues estos precisamente, son los que forman parte del llamado Pecado Original. Es decir, cuando se depende de un guía, maestro o ente místico que te dice lo que has de hacer y cómo, y al que le has de rendir obediencia y pleitesía, la glándula Pineal comienza a atrofiarse, y el alumno o iniciado retrasa su camino, o tal vez, nunca pase de ser un simple esclavo o siervo de su líder o maestro. Prueba de ello es que los ídolos, líderes y demás parafernalia humana, llevan años contribuyendo al “aborregamiento” de la humanidad. Es decir, la masa incapaz de pensar por sí misma, y en su impotencia por prosperar, sucumbe ante la influencia de un supuesto líder que le promete un mejor bien estar. Esto se ve claramente incluso en los ídolos, artistas y gente de fama, que por ese instinto de sentirnos protegidos, le rendimos pleitesía. La sociedad consumista ya se ha encargado de mantener vivo este Pecado Original, creando iconos sectarizantes que anulan la propia voluntad humana. Sin ir más lejos, la adicción a la prensa del corazón o los videojuegos adictivos (sobre todo los de carácter violento).
Cuando el Creador puso esta glándula, lo hizo con la intención de que el Ser Humano aprendiera a crear un entorno de paz, armonía, equilibrio y perfección para una perfecta fusión, y quiero hacer hincapié en lo de “un perfecto equilibrio”.
¿Cómo activarla?
Creo necesario que antes de decir cómo activarla, he de decir qué debemos evitar para que esta glándula siga atrofiándose. Sobre todo los fármacos, alucinógenos, somníferos y drogas que actúen sobre la psique. El Ser Humano ha de ser capaz de producir todos estos elementos de forma natural. Pero sobre todo, lo que hay que evitar es el fervor destructivo a un líder, maestro ascendido, gurús o ídolos mediáticos. Por la sencilla razón de que no son ni más ni menos que simples mortales, con sus defectos y virtudes, que se aprovechan del “aborregamiento” de las masas para su propio beneficio. El Ser Humano nace libre, ha de vivir libre, y ha de ser su propio líder encontrando el perfecto equilibrio entre el bien y el mal y la paz espiritual. Dicho esto, pasemos a cómo activar la Pineal, y sobre todo, cómo saber que la estamos activando correctamente.
Un pequeño preámbulo para decir que la glándula antagonista de la Pineal es la Hipófisis, ubicada en base del cráneo más o menos a la altura de la nuca. Recordar esto para cuando lleguemos a los síntomas que se aprecian cuando la glándula Pineal esta siendo activada. Sobre la hipófisis, lo más importante que debemos saber es la que regula la simbiosis del calcio junto con la tiroides y regula el crecimiento. Cuando esta glándula se cierra dejamos de crecer.
Para que podamos entender cómo activarla, voy a tratar de explicar cuales son los síntomas que se experimentan cuando esta glándula está en funcionamiento y la estamos ejercitando correctamente.
Sentiremos una pequeña presión justo a la altura del entrecejo, unos dos centímetros más hacia la frente. Es lo que se llama el tercer ojo, donde los hindúes ubican el punto rojo en su frente, y donde en algunas de las representaciones de Buda, está presente ese tercer ojo. Pues bien, cuando sentimos está presión no dolorosa, siendo algunas veces hasta placentera, es señal de que nuestra glándula Pineal está siendo ejercitada. Cuanto más tiempo seamos capaces de prolongar esta sensación, mejores resultados obtendremos. En algunas ocasiones, esta sensación es tan fuerte que nos produce un cierto despeje de los senos paranasales, pudiendo respirar mejor por la nariz.
Para activarla, basta hacer algo tan sencillo como la meditación y permanecer en un estado de paz y armonía. El odio, la ira, la soberbia, la violencia, y sobre todo el creernos el centro del Universo, nos produce el efecto contrario. Nótese que cuando experimentamos estas emociones, sentimos un leve quemazón en la Hipófisis, es decir en la nuca. Cuando nos alteramos, nos irritamos, nos crecemos ante cualquier amigo u otra persona, si nos paramos a pensar un poco, veremos que ante todo sentimos como una especie de agarrotamiento en la nuca, tirantez y rigidez de la misma. Esta tensión producida por estas emociones, activan la hipófisis en un inválido intento de crecernos psicológicamente, pero al estar cerrada no se obtiene ningún beneficio. Es decir, la Hipófisis se activaría con el ego, pero no sirve de nada porque esta ya se cerró cuando dejamos de crecer y no va a producir ningún otro efecto, salvo que nos de un ictus o infarto. Muchos culturistas para desarrollar sus músculos, entre las mezclas que utilizan emplean un fármaco denominado Decadurabolín, que segrega una falsa hormona que activa los niveles del calcio y ayuda a endurecer los huesos, y junto con las demás mezclas de hormonas hace más grandes los músculos. Entre sus efectos adversos más directos, está el de producirse piedras en el riñón, bocio en la glándula tiroides y aumenta el riesgo de infarto, tanto cerebral como de corazón. Por eso cuando enaltecemos el ego, la irritación o la violencia, sentimos esta quemazón en la nuca. Es debido a que la hipófisis intenta reaccionar pero no puede, y al ser la antagonista de la Epífisis o Pineal, está se sigue atrofiando. Por lo tanto, es lógico pensar que con la meditación, la paz, la armonía, la tranquilidad, y sobre todo con la humildad y la benevolencia activaremos nuestra glándula Pineal, cuyos beneficios de correcta y perfecta iluminación, nos acercarán a nuestro Creador. Consiguiendo una vida feliz, próspera y llena de armonía.
Existen diversas técnicas de meditación. La más sencilla es fijar la atención sobre un objeto cercano e intentar moverlo con la mente. Lógicamente el objeto no se moverá, pero sentiremos la presión antes descrita en nuestra frente. Y quién sabe, tal vez un día se sorprenda del resultado con ese objeto. Otra técnica parecida, es efectuar un ejercicio de telepatía. Cada vez que intentemos algo semejante, la glándula Pineal comenzará a actuar de la misma forma que con la hipófisis y sentiremos esa quemazón.
También la puede activar con baños relajantes, música suave no estridente. El acto sexual con amor es una bonita y placentera forma. Y sobre todo actual siempre con calma y serenidad. Con esta práctica llegará un momento en que sólo con cerrar los ojos, sentirá el placentero cosquilleo en la frente.
Se dará cuenta de que su inteligencia, capacidad de razonamiento, felicidad y muchas otras cosas más que irá descubriendo van en continuo aumento.
Anton Zandorf Lavey en su Biblia Satánica, concretamente en la Diatriba Infernal, cuando está explicando los distintas fases de un ritual satánico, habla del zarpazo en la espalda a la altura de la nuca. Lavey en su biblia, en ningún momento da opción a algún hecho científico, y este zarpazo, se refiere a la sensación negativa que experimenta la hipófisis.
Sería hipócrita decirle que si usted no es creyente, activar la Pineal por medio de la oración pudiera ser efectivo, para nada. Pero nada como rezar un buen Rosario meditando sus misterios, para un creyente, para que la Pineal se ponga superactiva. De hecho, es aquí la parte en la que más acerca el Ser a su Creador.
Por lo tanto, cada vez que seamos humildes, justos, bondadosos, nos llenemos de paz y armonía y nos mantengamos en un perfecto equilibrio, estaremos aumentando nuestra glándula Pineal. También debemos de cuidar las horas de vigilia y de sueño. La vigilia nos producirá quemazón en la Hipófisis y un buen descanso contribuye al perfecto desarrollo de la Pineal.
Por todo esto, medite todos los días, póngase música relajante, fúndase con el Cosmos y con su Creador. Rece si es creyente. Aléjese de los sentimientos hipócritas y lleve una vida lo más honesta posible, sobre todo consigo mismo, y encuentre el equilibrio. Tal vez, lentamente descubra lo cerca que está de su Creador. Cuando hace años me embarqué en la deliciosa aventura de descubrir al verdadero Dios, encontré la paz y la humildad que necesitaba para ser feliz ante la adversidad. Si no es creyente, le voy a decir una bienaventuranza que surge desde mi propia visión del Dios perfecto: “Bienaventurados aquellos que sin tener temor de Dios, actúan con honestidad y justicia.”
Ahora sólo tiene dos caminos: Seguir como hasta ahora, o buscar la perfecta iluminación y dar un paso más en la escala evolutiva. El Homo Universalis está llegando, y sólo de usted depende.
(C) Joan Tudela 2012